Comentario
La estructura de los monasterios del románico mantiene el esquema básico que aparece en el plano de Sankt Gallen en el siglo IX. Tan sólo introduce la codificación definitiva de la panda de los monjes, donde se instala ya la sala capitular bajo el dormitorio.
Los grandes monasterios de los cluniacenses difundieron su forma por toda la geografía del románico. Moissac y Silos, por lo conocido en la actualidad, son las primeras manifestaciones de la aplicación de escultura monumental en la decoración de sus arcadas, aunque hay noticias documentales de ejemplos anteriores.
Los cistercienses, que tuvieron su gran período de esplendor en plena época románica, realizarán alguna de las más monumentales fábricas claustrales medievales. A diferencia de los cluniacenses, sus claustros carecerán de decoración monumental. Siguiendo planteamientos muy tradicionales y conservadores prohibían las figuras de animales y vegetales que, en boca de san Bernardo, "no servían más que para distraer la atención de los monjes". Este tipo de programas historiados, seguía diciendo el santo, eran útiles en los templos del clero secular para enseñar a los indoctos.
Desde el punto de vista funcional, el claustro cisterciense sólo introducía dos pequeñas variantes con respecto al benedictino tradicional, los refectorios se disponían perpendicularmente sobre la panda correspondiente, y se organizaba la panda de la cilla con la articulación de un pasillo cerrado para uso de los conversos.
En esta época tuvieron su origen las cartujas, pero no tuvieron la más mínima trascendencia en la arquitectura coetánea.